Campeonato Abierto, el poder juvenil en Hoylake

Dos de los nombres a tener en cuenta que abandonaron el turno de la mañana este jueves en el primer día del 151º Abierto Británico están fuera del radar del público en general, pero a juzgar por su rendimiento no pasará mucho tiempo antes de que eso cambie.

Uno es Christo Lamprecht, sudafricano, de 22 años, estudiante de la Universidad de Georgia Tech y un cazador: mide 2,03. Tercero en el ranking mundial amateur, ganó el British Amateur en junio en Hillside. El otro, Matthew Jordan, inglés, de 27 años, miembro del DP World Tour y miembro de Royal Liverpool.

Campeonato Abierto, resultados

«Es surrealista y genial ver que el trabajo duro da sus frutos.

Es algo que ni siquiera había soñado, pero bastante genial», dijo Lamprecht después de su formidable ronda, que dejó uno de los momentos del día cuando embocó desde el fairway en el hoyo 14. Con su altura, no le resulta difícil acercarse a unos 300 metros desde el tee, pero esta semana se trata de otra cosa: «Puedo llegar a unos 310 más o menos, pero no esta semana.

No en un enlace. La bola ya rueda lo suficiente, así que prefiero más control». Su ronda fue un cañón, aprovechando una mañana favorable, despejada y con un viento cálido. Siete birdies y dos bogeys lo dejaron en -5, líder en el club house. Le ayudó, confesó, jugar con un compatriota experimentado como Louis Oosthuizen, campeón en 2010 en St.

Andrews. «Creo que tenerlo cerca fue muy bueno para mí. Me hizo sentir como en casa, cómodo». Lamprecht parece ser un chico seguro de sí mismo, que incluso se permite una broma en un día como este con respecto a su otro compañero de partido, un francotirador probado como Bryson DeChambeau, de quien dijo que «le gustaría tener mi distancia». Pero no se le sube a la cabeza el 66: «Ni remotamente pienso en el domingo.

Solo en salir mañana y pegar un buen tiro en el 1″. De hecho, sus planes son hacer «cuatro años» en la universidad, lo prometió a su entrenador. «Un hombre vale lo que vale su palabra», afirmó con una inusual elocuencia a su edad. Jordan también aparece por delante de su DNI, «sin palabras» después de una mañana dulce en la Península de Wirral, el lugar donde nació.

Profesional desde 2018, ganó el St. Andrews Links Trophy y el Lytham Trophy en su etapa amateur, en dos campos de la rotación del Abierto. Y ostenta el récord de Royal Liverpool con un 62 conseguido jugando como compañero. Esta vez se quedó en un 69 que fue muy celebrado por el público local: «Fue una locura, un día muy ruidoso.

Todo lo que podría haber esperado, definitivamente». Para este viernes espera que las cosas se calienten aún más: «Seguramente la gente estará más borracha. Una cosa que no se pudo hacer en mi hora de salida, las 6:30, fue beber mucho. Aunque bueno, tal vez mi padre lo hizo por los nervios «, se rió el mejor inglés del día después de Tommy Fleetwood, quien por el momento cumple las expectativas que lo sitúan en los pronósticos con un -5, co-líder en el club local con Lamprecht y el argentino Grillo. No llegó tan lejos, pero tiene motivos para dormir tranquilo, Josele Ballester, el amateur español que debuta en un grande.

Este jueves hizo un +2 con tres birdies y cinco bogeys. «Es un momento muy especial», dijo del putt que embocó desde 10 metros en el 18. «Estaba nervioso por la mañana, pero después de empezar en el 1 dije ‘eso es, sigamos adelante'», dijo el estudiante de Arizona State, la universidad que formó a Jon Rahm, entre otros españoles.

«He intentado hablar mucho con mi Caddie y también he hablado con Patrick Reed (uno de sus compañeros de partido). Nos ha dicho que Valderrama le parecía un gran campo. Lo mejor que me llevo es lo tranquilo que he estado, y lo peor es que he pegado un golpe que la gente a mi alrededor no pega. Eso es lo que separa a un amateur de un profesional». Y se puso deberes para el viernes: «Si aprieto un poco más, puedo conseguir un buen resultado». ¿El detalle bonito del día? «En el 18, porque he llegado y he visto en el marcador que ponía Barrio, el apellido de mi madre, en lugar de Ballester. Me pareció especial, y encima he metido el putt».